La vivienda como patrimonio cultural

las casas de Vilanova Artigas catalogadas en 2018

Resumen

La residencia, como tipología y objeto arquitectónico, siempre fue un importante documento para la historia de la arquitectura, presente con más o menos énfasis en las narrativas de todos los períodos - de la prehistoria a la contemporaneidad - animando
a los arquitectos a especular formas, trabajar programas y probar materiales y técnicas. Con la ampliación de los referenciales para la preservación, conforme a la carta de Venecia de 1964, la residencia pasó a ser entendida no sólo como documento arquitectónico,
pero la manera de morarla pasó a ser una fuente privilegiada para la comprensión de la sociedad, formas de vivir y convivir, sea en el campo de la estética impulsando nuevas formas sea como significado revelando anhelos, deseos, estrategias de dominación
y revolución. Además de las áreas tradicionales de conocimiento: psicología, antropología, sociología, historia, geografía, medio ambiente, arquitectura, urbanismo, arte e ingeniería, más recientemente las casas han estado subsidiando la investigación
sobre domesticidad y género, finalmente, un bien cultural que ilustra el alianza entre la naturaleza material e inmaterial del patrimonio, que fomenta los estudios no solo en varias áreas sino que también promueve la transdisciplinariedad. Sin embargo, como bien cultural es una de las tipologías que presenta mayor dificultad de preservación, en todas sus etapas: en el reconocimiento, en la documentación, en la conservación y en la apropiación, involucrando casi siempre mucha polémica en cualquiera de ellas. La preservación de las siete residencias de Artigas tomadas por el Conpresp, en 2018, como patrimonio cultural constituye el gran desafío a ser enfrentado que este trabajo se propone a escrutar.